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Síntomas del golpe de calor en el trabajo

Artículo sobre Prevención de riesgos laborales publicado por Doiser

Síntomas del golpe de calor en el trabajo

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La llegada del verano y la subida de las temperaturas que lo acompaña a menudo expone a los trabajadores a condiciones de trabajo que pueden afectar negativamente su comodidad, su rendimiento y, en aquellos casos más graves, su salud. La humedad relativa es también un aspecto clave, ya que los valores muy elevados incrementan la sensación de calor y de malestar de manera muy notable. Entre todos los efectos negativos del calor y la humedad en nuestro cuerpo, el más grave es el golpe de calor, ya que puede aparecer de forma repentina y poner llegar a suponer la muerte si no se toman las medidas adecuadas.

El golpe de calor se da cuando la temperatura corporal se sitúa por encima de los 40 grados de manera sostenida, y los mecanismos que normalmente utiliza el cuerpo para reducirla a niveles normales, como la sudoración o la dilatación de los vasos sanguíneos de la piel, no consiguen bajarla a niveles normales. Esto puede generar daños permanentes en órganos vitales, como el cerebro, si no se trata rápidamente.

Causas del golpe de calor en el entorno laboral


Como decíamos, en el entorno laboral se pueden dar situaciones de riesgo con la llegada de las altas temperaturas, y el calentamiento global no hace más que empeorar la situación año tras año. Afortunadamente, el uso generalizado del aire acondicionado en ambientes cerrados ha minimizado los efectos negativos del calor en oficinas, centros productivos, almacenes y comercios, y las principales incidencias se concentran en actividades al aire libre, como la construcción, la jardinería o la limpieza de exteriores.

La combinación de una actividad física y unas elevadas condiciones de temperatura y humedad es el origen de los golpes de calor, con un abanico de escenarios que abarca desde condiciones de calor y humedad extremos con una actividad baja o moderada hasta escenarios de temperatura y humedad elevados, aunque no extremos, con una actividad física muy intensa.

¿Cuáles son los principales síntomas del golpe de calor?


El golpe de calor puede poner en riesgo nuestra salud y llegar a causar la muerte, por lo que es clave reconocer los síntomas para poder detectarlo y actuar lo más rápidamente posible. Estos son los principales:

  • Temperatura corporal elevada, incluso por encima de los 40º.
  • Mareos, confusión, convulsiones o balbuceo.
  • Sudoración inexistente o escasa, con la piel seca y caliente.
  • Pulso acelerado.
  • Vómitos y nauseas.
  • Dolor de cabeza.
  • Piel enrojecida.

¿Qué hacer ante un golpe de calor?


Como hemos comentado anteriormente, si creemos que una persona está sufriendo un golpe de calor es fundamental actuar con la máxima celeridad tomando las siguientes acciones:

  • Llamar al servicio de emergencias: este es el primer paso que hay que dar, ya que es clave que podamos contar con la asistencia de profesionales sanitarios. En España, Europa y multitud de países de todo el mundo el número de referencia es el 112.
  • Reducir la temperatura corporal: quitar o aflojar la ropa, usar paños húmedos o esponjas o incluso rociar o sumergir a la persona en agua pueden ser acciones realmente efectivas.
  • Alejar a la persona del calor: evitar que la persona esté al sol o en contacto con la fuente del calor y recostarla en un espacio con sombra y ventilado.
  • Ofrecer agua para beber: siempre que la persona esté consciente, es importante ofrecerle agua para que se hidrate poco a poco.

Acciones básicas para prevenir el golpe de calor en el trabajo


Hasta ahora hemos visto muchos aspectos sobre el golpe de calor y cómo tenemos que actuar en caso de que alguien lo sufra. No obstante, lo más importante es la prevención, y evitar que se lleguen a producir situaciones que pueden llegar a poner en riesgo la vida de los trabajadores.

Aquí te resumimos las principales prácticas preventivas para evitar los golpes de calor:

  • Es clave evitar realizar las acciones con mayor exposición al calor o de mayor exigencia física en los horarios centrales del día, y situarlas al inicio o al final de la jornada laboral.
  • Realizar pausas con frecuencia en lugares con sombra y buena ventilación, especialmente si empezamos a sentir sensación de mareo o sofoco.
  • Reducir la intensidad de la actividad física en los momentos de mayor temperatura, reduciendo el ritmo laboral todo lo que sea necesario.
  • Beber agua abundantemente y de manera continuada, ya que la deshidratación es uno de los principales factores de riesgo para sufrir un golpe de calor.
  • Vestir adecuadamente, con ropa amplia, fresca y que transpire.
  • Cubrir siempre la cabeza, ya que es una de las partes del cuerpo que se ve más afectada por las elevadas temperaturas.
  • Es clave intentar tener siempre alguna otra persona cerca para que, en caso de vernos afectados por el golpe de calor, pueda dar la alarma y tomar las acciones previstas. Nunca debemos trabajar solos o aislados del resto en situaciones de riesgo.


Artículo realizado por Ignasi Comellas - Ingeniero y Responsable de Contenidos en Doiser

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