¿Comprar un SUV o un Crossover como coche de empresa?

Elegir entre un SUV o un crossover es una decisión que, debido a la fama que están alcanzando estos segmentos de automóviles, cada vez se plantea con más frecuencia. a la hora de adquirir un coche de empresa.

¿En qué se diferencian estos dos tipos de vehículo? ¿Cuáles son los pros y los contras de cada uno? Veamos estas cuestiones en detalle y arrojemos un poco más de luz sobre el tema.

Se trata de las siglas inglesas del concepto Sport Utility Vehicle. Se trata, a grandes rasgos, de una categoría mixta. Mezcla las características de un vehículo deportivo y uno utilitario, aunque, en realidad, podemos considerar que fusiona prestaciones de los vehículos convencionales y los todoterreno. 

Aunque no se trate de un verdadero todoterreno, es capaz de adaptase bastante bien a caminos irregulares, entre otras cosas, por el hecho de que sus bajos se elevan a mayor altura que los de un turismo tradicional.

Por contra, estas mismas circunstancias, no lo hacen tan funcional como un coche convencional para la conducción por carretera.

Un crossover, por su parte, es un automóvil que pertenece al segmento de los SUV. Se trata de un vehículo pensado para su utilización en contextos urbanos, pero que sobresale por contar con detalles estéticos propios de los todoterreno. 

Los crossover disponen de cromados o elementos protectores característicos de los todoterreno, son estos acabados que embellecen el vehículo los que les proporcionan la imagen especial que los hace diferentes del resto de turismos.

Las diferencias entre estos dos tipos de vehículos son tan sutiles que casi podemos decir que se trata básicamente de marketing.

Un SUV se puede adaptar bien a un trabajo que requiera entrar en pistas de tierra de una forma más o menos frecuente. Por ejemplo, los que se desarrollen cerca de zonas rurales, como los relacionados con la caza o la ganadería. 

Son coches que lo tienen todo para una combinación de oficina y campo. Además, sus grandes dimensiones permiten aprovechar los viajes para transportar objetos o materiales. Y no olvides que la posición elevada del asiento te posibilita conducir con un extra de seguridad.

Sin embargo, estos vehículos gastan mucho combustible, por lo que su uso no tendría que ser intensivo. Pero, en ámbitos como los descritos, combinan perfectamente elegancia y adaptación a terrenos complejos. 

Un crossover puede cumplir bien las funciones de un vehículo de representación de una firma. Si bien no es el automóvil más funcional para moverte por las vías urbanas (aunque, por su menor tamaño, no es tan difícil aparcarlo como en el caso de un SUV), proyecta una buena imagen de empresa. 

Al fin y al cabo, poseer un crossover no deja de ser una demostración de poder adquisitivo o prestigio. Son, por tanto, buenos coches para quienes quieren impresionar a sus interlocutores de cara a negociaciones y ventas.

En la mayor parte de las ocasiones, incluso para el ojo entrenado, las diferencias entre un SUV y un crossover pueden llegar a ser inapreciables.

Y esto se debe a que, en el fondo, estos patrones estéticos y funcionales de los vehículos y su inclusión en una o otra de estas dos categorías no obedece únicamente a criterios puros de automoción. El peso más importante suele tenerlo aspectos como el marketing y las tendencias. No en vano, estos vehículos están de moda y sus ventas en alza.

¿Por cuál de los dos te vas a decidir tú? ¿Cuál cubre mejor tus necesidades para trabajar? Sea cual sea la respuesta, recuerda que en nuestro portal encontrarás concesionarios de las mejores marcas del mercado. Pídeles presupuesto sin compromiso y disfruta de tu nuevo coche de empresa.