Auditoría de cuentas: ¿qué es y cuándo es obligatoria?

Las auditorías de cuentas son herramientas que permiten mejorar el control financiero e incluso administrativo de nuestra empresa. Pero ¿conoces sus normas y a qué tipo de negocios se aplican? A continuación te contamos todo lo que necesitas saber sobre el tema.

Se trata de la revisión de las cuentas anuales para verificarlas y, al mismo tiempo, comprobar si se ajustan de manera fiel a la situación patrimonial, financiera y de resultados de la misma. ¿Cuáles son sus ventajas? Gracias a ella, podemos implementar mejoras en los criterios contables que optimicen el rendimiento de nuestra empresa o negocio.

Este tipo de auditorías puede ser interna. Es decir, llevada a la práctica por los propios empleados de nuestra empresa. Sin embargo, esta carece de valor mercantil. ¿Por qué se hace entonces? Simplemente, para tener un control propio y detallado de la contabilidad del negocio.

La que nos ocupa y que sí tiene valor legal es la auditoría externa, que debe ser realizada por un profesional independiente y debidamente acreditado ante las autoridades. Este revisará documentos como el balance de situación, la cuenta de pérdidas y ganancias, la memoria y, en ocasiones, otros aspectos como el flujo de efectivo o los cambios en el patrimonio neto de nuestra empresa.

¿Y cómo debe hacerlo? Pues con arreglo a las Normas Técnicas de Auditoría que establece el ICAC (Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas), un organismo independiente que, no obstante, está adscrito al Ministerio de Economía.

Finalmente, el auditor nos presentará su informe. En este deberá aparecer lo siguiente: datos fiscales de la mercantil que ha auditado; datos de la persona, ya sea física, ya jurídica, que encargó el trabajo; datos identificativos de las cuentas anuales; las correspondientes referencias a las citadas Normas Técnicas de Auditoría y, finalmente, la opinión y la firma del auditor.

Este tipo de auditorías suele hacerse a petición de algún órgano de la sociedad mercantil que va a auditarse. Por ejemplo, es muy habitual que una parte de los accionistas la pidan. No obstante, en este caso deben poseer, al menos, un 5 % del capital social de la misma. También pueden solicitarla los administradores por voluntad propia e incluso un proveedor o cliente puede exigirla en su contrato.

¿Sabes que existen una serie de empresas y entidades que deben hacer una auditoría de cuentas obligatoria cada año? Así lo marca la Ley de Sociedades de Capital que, además, aclara los supuestos que determinan esa obligación. Estos criterios tienen que ver con el tamaño o volumen de negocio de esa empresa, la actividad a que se dedica o las subvenciones que ha recibido.

De este modo, si tienes una empresa que haya cumplido dos de las tres circunstancias siguientes durante los dos últimos años, estarás obligado a hacer una auditoria. Estas circunstancias son:

Como te decíamos, tu empresa debe haber cumplido dos de estos tres requisitos al menos durante los dos últimos años. No obstante, hay otras condiciones que también obligan a auditar, aunque sean menos conocidas:

¿No has pensado que también habrá otras entidades que deban hacer auditoría? En efecto, también deben realizarla determinadas fundaciones. En este caso, tienen que hacerla las que cumplan dos de los tres requisitos siguientes: que su volumen de negocio haya superado los 2,4 millones de euros; que tengan un total de activos superiores a esa misma cantidad o que hayan tenido más de 50 trabajadores.

En el caso de que quieras realizar una auditoría voluntaria no existe un plazo legal establecido, por lo que puedes hacerla en cualquier momento. Las auditorías obligatorias son diferentes y cuentas con un plazo de seis meses a contar desde el cierre del ejercicio, es decir, desde el 31 de diciembre, para llevarlas a cabo.

¿Hemos aclarado tus dudas respecto a las auditorías de cuentas y su utilidad? Esperamos que la respuesta sea afirmativa y ahora tengas más claro para qué sirve esta herramienta.

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